Lejos queda ya el salto al estrellato de Desokupa y Daniel Esteve, y nos parece que ‘lleva toda la vida’ como corresponsal de Atresmedia y Mediaset, pero no siempre fue así.
La fama le llegó con una noticia falsa sobre una historia lacrimógena de malvados okupas que por interés compraron Ana Rosa Quintana y Susana Griso entre otros muchos. Era “la historia de Carmen, una mujer de 90 años a la que han okupado su casa”, y estas son palabras literales con las que un reportero de Ana Rosa Quintana arrancaba el lanzamiento al estrellato de Daniel Esteve. La historia que se habían inventado lo tenía todo; una señora mayor, sola y desvalida, a la que una malvada inmigrante había okupado su casa mientras estaba ingresada en el hospital y ahora no tenía dónde quedarse. La verdad era mucho menos interesante para los intereses económicos de los matinales ‘vendealarmas’: A Carmen no le habían okupado la casa, sino que tenía una renta antigua y la estaba realquilando a precio de mercado. Cuando los propietarios se enteraron del realquiler denunciaron a Carmen y le rescindieron el contrato de renta antigua. Fue entonces cuando recurrió a Desokupa para crear su coartada y Daniel Esteve encontró un filón para su negocio parapolicial. Pocos recuerdan ya cómo Esteve logró su llegada a las ‘tertulias vendealarmas’, pero este bulo supuso un punto de inflexión en la batalla cultural contra el derecho a la vivienda donde todo el que moleste a un propietario es un okupa: el q ue no puede pagar, el que tiene contrato y no le pueden echar para convertirlo en apartamento turístico, el que entra a robar a una casa, el que se cuela en un barco una noche para hacer una fiesta…
Desde entonces Daniel Esteve se convirtió en la punta de lanza de especuladores y programas del duopolio Atresmedia y Mediaset. La simbiosis era perfecta; Esteve obtenía una impagable publicidad gratuíta, aumentaban las ventas de alarmas que patrocinan estos programas y se construía un muñeco de paja al que culpar de los precios del alquiler ante la especulación y la deriva de la vivienda habitacional a la turística.
Pero el ‘gremlin’ se les mojó y comenzó a desplazarse de los espacios políticos del Partido Popular y Vox al espacio de Alvise, con las amenazas a periodistas que ello conlleva. Durante años ampararon sus coacciones, amenazas, campañas de odio contra políticos y militantes de izquierda, colectivos sociales por el derecho a la vivienda… hasta que lo que llevan años amparando y aplaudiendo se les ha vuelto en contra.
Se pusieron del lado de Eduardo Inda cuando publicó las ecografías de Irene Montero, cuando Bertrand Ndongo acosó a los hijos de Mónica García o cuando Vito Quiles hizo lo propio con la hija de Oscar Puente. No es hasta que esto le ha tocado a los trabajadores de Equipo de Investigación que han puesto pie en pared: “No sabéis la que se os viene encima […] Tengo ya con mi CNI de seguidores teléfonos, direcciones, dónde llevan al colegio a sus hijos”. Cuando dibujaba una diana en la cabeza de Ada Colau o Pedro Sánchez le ampararon, pero el fascismo termina dibujando una diana en todo lo que amenace sus intereses y ahora son víctimas de la figura que han construído y amparado.
A Cristina Pardo ahora le parece perturbador el acoso y las amenazas de Dani Desokupa contra sus compañeros, pero durante años lo ha blanqueado mientras lo hacía con otras personas. El caso Bonanova fue una campaña de acoso e insultos contra Ada Colau promocionado por atresmedia. pic.twitter.com/xh3eE6Ejwd
— Julián Macías Tovar (@JulianMaciasT) September 13, 2024
Desatados
— Spanish Revolution (@Spanish_Revo) September 11, 2024
Daniel Esteve, líder de Desokupa, ha vuelto a protagonizar un episodio de amenazas públicas, esta vez contra periodistas que investigan sus actividades. En un vídeo reciente, Esteve se jacta de tener información personal sobre los reporteros, incluyendo sus… pic.twitter.com/l7UVFHdKlW
Redacción: Carlos Benéitez
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