Meta –empresa propietaria de Instagram y Facebook– materializa los cambios anunciados hace una semana por su CEO, Mark Zuckerberg, y en la nueva redacción de las ‘Normas de la Comunidad’ recoge numerosos cambios sustanciales en lo relativo a los discursos de odio.
A pesar de afirmar que “ las personas se expresan y conectan entre sí con mayor libertad cuando no se sienten atacadas por ser quienes son” y que “por ello, no permitimos las conductas de odio”, en la nueva redacción explicitan que “Sí permitimos las acusaciones de enfermedad mental o anormalidad cuando se basan en el género o la orientación sexual” y lo justifican “dado el discurso político y religioso sobre transexualidad y homosexualidad”.
A pesar de que la transexualidad fue eliminada del compendio de enfermedades mentales de la OMS en 2018 y la homosexualidad en 1990 y que la plataforma explica en este mismo documento que se suprimirá “el lenguaje deshumanizante” y las acusaciones de inmoralidad grave”, anuncian que sí los tolerarán en el caso de las personas homosexuales y transexuales.
De esta forma; las nuevas normas de la plataforma se contradicen así mismas, ya que en la introducción definen las conductas de odio como “ataques directos contra las personas por razón de lo que llamamos características protegidas” entre las que incluyen la orientación sexual, el sexo o la identidad de género.
Para la directiva de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología, Aitzole Araneta, esto es especialmente grave “ hay que subrayar que con la legislación española en mano estaríamos hablando de que Meta va a permitir un ilícito jurídico en España”. Además recuerda que “la comunidad científica hace tiempo que trabaja bajo la tesis de que la transexualidad y la homosexualidad son hechos de diversidad sexual y no enfermedades mentales”.
Otro de los elementos contradictorios en las nuevas políticas de las plataformas de Meta, al permitir los discursos que defienden la exclusión de personas de determinados “espacios” por motivos de “sexo o género” entre los cuales especifican “cuerpos militares específicos, fuerzas y cuerpos de seguridad o empleos en el sector educativo”.
Esta exclusión por motivo de “sexo o género” se exclicita en el citado reglamento a pesar de reconocer en el párrafo anterior que “ofrecemos determinadas protecciones para características no protegidas, como la profesión, cuando se mencionan junto con una característica protegida”, entre las que el reglamento enumera tanto el séxo como el género. “Nuestras políticas se han concebido para acoger este tipo de discursos.” –concluye el reglamento.
“El permitir vetar a una comunidad de personas para ejercer unas profesiones nos retrotrae a unas políticas de tiempos oscuros donde otras personas, por ejemplo por el hecho de ser mujeres, no podían tener empleos en determinadas industrias o en general”, denuncia Araneta.
Desde la Plataforma Estatal Trans han adelantado a Pandemia Digital que están estudiando presentar una denuncia ante la Fiscalía contra Meta y Twitter para “frenar los discursos de odio” y forzar a las plataformas a cumplir con las legislaciones española y europea. Mar Cambrollé, presidenta de la Plataforma Estatal Trans, considera que “nada de esto es casual” y que es la herramienta mediática para difundir los discursos de odio “es una guerra cultural global e internacional”. Cambrollé recuerda que “los discursos de odio son la antesala de las agresiones que sufrimos en los centros de ocio, en los transportes públicos, en los centros educativos, en los centros de trabajo y en las calles” e insta al Gobierno a actuar con firmeza “para defender los pilares de la democracia y de la libertad” y para ello exige el bloqueo de cualquier empresa que vulnere “nuestros derechos constitucionales y leyes. No es libertad de expresión decir que las personas trans somos hombres con peluca o que somos violadores”.
Redacción: Carlos Benéitez
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