Elon Musk le declara la guerra al Primer Ministro de Reino Unido

Cuando Elon Musk anunció su intención de comprar Twitter muchos se reían del negocio ruinoso que estaba adquiriendo. Tras las primeras cuentas de resultados de la empresa muchos seguían riendo y hablando del aguijero negro económico que estaba suponiendo, mientras otros continuaban hablando del capricho de un multimillonario egocentrico que no sabe que hacer con tanto dinero.

Desde Pandemia Digital venimos alertando desde el principio de la grave amenaza que esta operación iba a suponer. Y es que no sólo hemos visto como Elon Musk emplea Twitter para alentar y premiar los discursos de odio y las campañas de desinformación racistas, antifeministas o antitrans; sino que le hemos visto emplear estas tácticas de desinformación y odio para manipular la democracia y llevar a Donald Trump de nuevo a la Casa Blanca. Ahora además estamos asistiendo a la injerencia estadounidense en la política europea. 

En los últimos meses ha llamado a la disolución de la Comisión Europea, ha llamado al levantamiento supremacista en Alemania al tiempo que pedía la destitución el canciller alemán Olaf Scholz y hacía campaña a favor de la agrupación neonazi Alternativa Para Alemania –en los últimos años varios líderes de AfD han sido condenados por apología del nacismo y constantemente bordean las leyes alemanas que impide el enaltecimiento del régimen– y tras alimentar y participar en las campañas de desinformación racista que desencadenaron en pogromos racistas en Reino Unido ahora ha puesto en su mira al Primer Ministro británico.

El magnate multimillonario que pasará a formar parte del próximo gobierno de Donald Trump lleva días pidiendo en Twitter la destitución de Keir Starmer por un caso que tuvo lugar hace más de una década cuando Starmer se encontraba al frente del Servicio de Fiscalía de la Corona –un organismo comparable a la Fiscalía General en España–. Musk ha llegado incluso a solicitar al rey Carlos III que disuelva el Parlamento Británico, convoque nuevas elecciones sólo seis meses después de que Starmer ganara las anteriores elecciones y que Starmer sea procesado y condenado penalmente. Lo hace en base a un informe del año 2022 que hablaba de que entre 2010 y 2014 más de 1.400 niñas al cargo de los servicios sociales fueron víctimas de abusos sexuales a manos de bandas organizadas de pederastas –grooming gangs–.

¿Y qué pinta el Primer Ministro británico actual en todo esto? En parte de dicho periodo Starmer estuvo al frente de la Fiscalía y Musk le acusa de ser cómplice de estas redes de pederastia “a cambio de votos” por la falta de celeridad de la Fiscalía de la Corona en la toma de acciones judiciales. Algo que choca radicalmente con la realidad, pues fue el propio Starmer el que dio inicio a los procesos judiciales contra la red que operaba en Rochdale y puso también en marcha una revisión general del modo en que la fiscalía había actuado en todos estos casos, para asegurar que hubiera más condenas. Una teoría de la conspiración que desde hace varios días obsesiona a Musk y que recuerda mucho a las campañas de difamación que desencadenaron en el tiroteo de Comet Ping Pong en base a la teoría de conspiración del Pizzagate.

Menos directo ha sido respecto al Partido Conservador, al que también acusa de complicidad por no haber actuado durante sus años de mandato, guiando así el voto hacia el partido ultraderechista y racista de Nigel Farage, Reform UK, al que Musk prometió financiar.