Lo atroz de la aleatoriedad del crimen cometido en Mocejón, del que aún se desconoce la motivación, y la juventud de la víctima a la que le ha sido arrebatada toda la vida mientras jugaba al fútbol con la inocencia propia de la infancia en la que esperas que nunca termine el verano han sido las claves de porqué este crimen ha estremecido a España.
Y es precisamente este impulso primario, este acontecimiento desgarrador, de lo que han querido aprovecharse los creadores y difusores de noticias falsas a los que desde hace años venimos señalando y denunciando desde Pandemia Digital. Porque no, ninguno de ellos es nuevo en esto de la post verdad y la creación de marcos mediante noticias falsas para impulsar el odio. De hecho; desde hace semanas venimos señalando cómo al calor de los disturbios, pogromos y linchamientos en Reino Unido –tras una noticia falsa que culpaba a los migrantes en un caso muy similar a este– se estaban multiplicando las noticias falsas que adjudicaban la autoría de crímenes a personas migrantes, cuando no era directamente crímenes inventados.
Más tiempo aún hace que venimos advirtiendo del riesgo para la democracia, la convivencia y los derechos humanos que supone esta industria de la mentira, donde quien se dedica a crear y difundir desinformación ya no lo hace por intereses políticos, sino por dinero. El ‘Sindicato del Bulo’ no se mueve por ideas políticas, sino que crean las noticias falsas y la realidad paralela que quieren leer quienes les financian. Y quienes les financian sí se mueven por ideas políticas.
En este plano y precisamente por la frivolidad que los desinformadores profesionales han demostrado ante un caso que ha estremecido a la sociedad es que ha servido para concienciar sobre los peligros de la desinformación y la necesidad de ponerle coto. Con la acidez de la ironía que caracteriza a Juan Carlos Monedero expresaba lo que debieron sentir en el ‘Sindicato del Bulo’ “¡Qué putada!, dicen los fascistas. El asesino del niño es español. A ver si hay suerte y algún inmigrante hace algo parecido”. Mirando a los micrófonos de la Cadena Ser, José Luis Sastre hacía otra reflexión “Podrá decirse que son solo las redes y son sólo unos pocos ¿Y cuántos tienen que ser entonces?” y continuaba cuestionando si teníamos que asumir que esto sea “lo normal” para apuntalar “que sea un mundo virtual no significa que sea un mundo de ficción”.
¡Qué putada!, dicen los fascistas. El asesino del niño es español. A ver si hay suerte y algún inmigrante hace algo parecido. Joder, con lo bien que íbamos acusando a un moro o a un negro. Da igual. Hemos puesto millones de tuits. La verdad nos da lo mismohttps://t.co/TdwT7RVkEn
— Juan Carlos Monedero (@MonederoJC) August 19, 2024
De cómo se instalan la duda, los bulos y el odio
— Hoy por Hoy (@HoyPorHoy) August 20, 2024
🎙️ Estos dos minutos de @jl_sastre sobre la desinformación tras el asesinato de un niño de 11 años en Mocejón.https://t.co/Zqo3yfpqHp pic.twitter.com/HOdcArtcpo
Cómo serán de escandalosos los bulos racistas y fascistas en redes que hasta JAIME GONZÁLEZ se ha dado cuenta
— GUILLERMO GUIJARRO (@remerikos) August 20, 2024
Eso sí. Las redes mienten. Los medios donde ha trabajado el tipo (ok diario, Trece tv, ABC, INTERECONOMÍA, Libertad Digital, Mediaset) no mienten.....DIVAGAN pic.twitter.com/r4aYHOouCY
La lucha contra la industria de la desinformación tendrá que pasar sí o sí por la regulación estatal, porque mientras exista demanda de desinformación existirán los pseudomedios y los pseudoperiodistas que quieran ganar dinero con las noticias falsas que les están demandando. Dos frases son claves para entenderlo: “Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante”, Ryszard Kapuściński. La segunda corresponde al fundador de Fox News, Roger Ailes “La gente no quiere estar informada, sino sentir que está informada; no quiere confrontar sus ideas, sino que los medios reafirmen sus creencias”.
Redacción: Carlos Benéitez
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