Hace un año se estrenaba TardeAR; que es básicamente lo mismo que hacía Ana Rosa Quintana por las mañanas, pero por las tardes. El objetivo de este cambio de parrilla era doble: Cancelar Sálvame por los discursos progresistas de Jorge Javier Vázquez –al que ya le habían prohibido hablar de política– y llevar a esa audiencia y espacio los discursos derechistas de la desinformadora.
Un año después se ha producido el cara a cara entre ambos y los cuchillos no han dejado de volar. Tras los reproches por la cancelación de su programa, Jorge Javier Vázquez ha hecho una petición que está siendo aplaudida en redes sociales. “Te pido que una vez a la semana no hables de okupas, que mi madre tiene miedo de salir a la calle por ti”. Y no es para menos; pues desde el programa de Ana Rosa –primero en las mañanas y ahora por las tardes– ha sido una de las puntas de lanza de la “batalla cultural” contra el derecho a la vivienda. Desde este espacio se crea, amplifica y difunde la narrativa de la omnipresencia de la okupación, un relato que los datos desmienten.
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— Marina Lobo (@marinaLobL) August 26, 2024
Para ello han creado todo un escenario en el que todo es okupación: Desde una persona que entra robar a una casa –robokupas–, pasando por las personas que ante las subidas abusivas de los precios del alquiler no pueden seguir haciendo frente a los pagos –inquiokupas–, hasta llegar los ‘chavales’ que se cuelan un barco para hacer una fiesta y terminan defecando en el suelo –los cagaokupas, este último término es el único que hemos acuñado nosotros–. Y en este camino han llevado al estrellato a un indeseable neofascista como Daniel Esteve –Desokupa–.
Lejos queda ya cuando empezaron su particular batalla dejando de hablar de desahucios para hablar de okupaciones reales, y si tan lejos queda es porque tal y como demuestran los datos el problema es residual y no existen tantos casos reales como para llenar horas, días, semanas y meses. Necesitaban crear una nueva figura para alimentar tantas horas y señalar en dirección contraria al verdadero problema de la vivienda, el aumento salvaje de los precios del alquiler. Cabe recordar llegados a este punto que Ana Rosa gestiona 44 pisos turísticos, por lo que señalar en dirección contraria al problema que ella –y otros tantos como ella– está generando. Porque cuando sus espectadores, a los que les han subido el alquiler, están más preocupados por unos okupas que no existen que por no poder su alquiler ella ya ha ganado.
Redacción: Carlos Benéitez
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